Gracias por sujetar mi alma una vez más, gracias por desarraigar el inoportuno presagio de la muerte.
Ya los esquemas analizados están, prestos a sepultar la falsa teoría de que todo está perdido, netamente, debido a que la certeza de lo correcto ha vuelto a retomar su posición, tal como un buen soldado que nunca cede su lugar... así mismo las palabras nunca deben dejar de fluir sobre su estela de sonidos infinitos.
Recogería el amparo en cualquier lugar, pero la gracia solamente proviene de una fuente, y es precisamente ello lo que requiero para fortalecer mi vida. Dicha piedad salvadora de mi alma y redentora de mis debilidades y aflicciones.
Creo notar cierto cambio en mis escritos, tal vez el tiempo y la sutileza de la vida han moldeado finamente mis pensamientos... desde un aventurero y apasionante viaje melodramático hasta la esperanza más anhelada y sosegada de esta noche.
Quisiera volver a nacer de un sepulcro y mitigar el pasado con la sensación de vivir eternamente, ten piedad de mi. Pero antes déjame cumplir mi porción de tiempo.
Ten piedad de mi, y no me dejes caer nuevamente, deja que afiance cada paso, fija mi despertar en cada estación como si fuese un renacimiento a una nueva vida, a la vida misma, a la vida eterna.
Cinthia Canto Canto
