¡Oh, Padre, quiero veros!

Como niña buscaba en el cielo tu voz
y en el viento tu amor
Como niña lloraba, sin razón
sin saber que sabías del susurro en mi interior
Como joven mi espíritu clamaba tu perdón
sin aún entender mi valor
Eras tú, mi motivo para crecer
Oh Padre, por un instante pensé
que sólo eras mi imaginación.

Cuántas veces caí y huí y no me importo,
Cuántas veces soñé desaparecer, porque
la vergüenza había corrompido una vez más mi corazón.
Duele tanto Padre, tanto
Pero debo esperar, sólo esperar.

He aprendido a llamarte por tu nombre
y he sentido tu consuelo en mi alma.
Hoy te extraño más que nunca
y quisiera veros, Padre mío.
Mi espíritu clama regresar,
pero el tiempo me ha dejado estar.

He aprendido a no temer
y he ganado una perspectiva eterna a base de fe,
sino fuera tu hija, estaría confundida
sino fuera tu hija, estaría sola,
sino fuera tu hija no me sentiría digna,
sino fuera tu hija mi espíritu ya no existiría…

He aprendido que soy de naturaleza eterna
y que el dolor es sólo tu mano moldeando mi esencia
Oh, Padre, quiero veros.

Hoy ya no soy una niña,
hoy no todo me parece tan mágico,
pero sé que existes y que amas,
sé que todo lo eterno proviene de tu infinito amor.
Sé que hoy no es el fin, pues para ti nada lo tiene
Sé que decir adiós ante el mundo es sólo un paso antes de veros.
Sé que la nostalgia y el dulce aroma de estaciones por venir,
es sólo el recuerdo de que todo es por mi.

Sí, Padre, soy feliz.

Cynthia Canto Canto

(domingo 16 de agosto.)