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jueves, enero 21, 2010

Casi un acierto


¿Vale la pena estar con alguien y ser coqueto si no le quieres? A menudo nos cuestionamos esto entre amigos, pero que tal si tras este juego hay sentimientos involucrados que no quieren revelarse. ¿Cuál sería la magnitud de este preludio lúdico?

Cada persona buscando “algo” en cualquier parte, suponiendo amar se deja llevar, pero ¿es esto real? En qué o en quién piensa mientras se engaña a sí mismo, a quién recuerda durante la falta de nitidez de un atardecer.

Esto es una carta abierta antes tus ojos, imaginando que el temor y tu inseguridad te permitirán entender el susurro de mi corazón…

Es una parodia de tu respiración junto a la mía, convertido en un sigiloso pasatiempo del recuerdo entre dos amigos.

Que el papel imagine el tacto y el deleite momentáneo de sentirse querido. Te has atrevido a jugar, entonces déjame creer que es real…

Tus manos con gracia confunden y engañan, pero el juego de dos niños adultos, no es más que el sustento de una simple desnaturalización a estas alturas.

La química y el nerviosismo ya desfilan entre nosotros, y el deseo se ha involucrado más que la notificación de límites corroídos.

Tiempo de decisión… ¿Debo aceptar que es real o retraerme y atemorizar mi sensación de enclaustramiento, por no beber junto a ti en este encuentro?

La verdad es que mi corazón se permite tal aventuranza, sin embargo mi mente divaga en todo sentido tratando de acaparar una explicación que me indique si estamos en lo correcto o no.

Si esto es normal. ¿Está dentro de los parámetros de estabilidad emocional? Como sea, quise es más quisiera atreverme, tal vez debería intentarlo una vez más…

Casi un acierto, entre un sí y una repentina negación como sentimientos entremezclados y un deseo de estar para no despertar. Casi un acierto…

Por Cinthia Canto Canto.

sábado, enero 09, 2010

Enséñame


Desde el sin fin de tu voz hasta la mansedumbre de un clandestino porvenir, envuélveme en llanto entre melancolía y frialdad incontenida; sosiega el beso con tu aire de improvisto y sucumbe el deseo con la tenacidad respetada.

Quiero vivir, entre las entrañas latentes de tu ser y el olvido de la pasión de ser, debo sentir tu poder de cuando en cuando resbalando desde lo alto, morir en silencio mientras recojo mis anhelos mitigados.

Dulce elocuencia de paz marchita, besa la zozobra del imponente descuido de sentimientos enfrentados…

Enséñame ahora cómo detenerme, desvelarme y vivirte;

Enséñame entre claros de luna y destellos de día.

Busco aprender lo que sólo tu esencia puede despertar, requiero valerme antes de buscarte, deseo sentirme al dormitar impaciente por el suburbio taciturno del amanecer.

Enséñame a aguardar por las ofrendas de tacto, por la risa nerviosa y tus pensamientos confiados e inseguros.

Muéstrame dónde muere el llano vacío de circunstancias confusas, enséñame a reconocer la notoriedad del miedo.

Enséñame a escapar hacia el encuentro esperado y reconstruye el instante como si fuese primero, deja el deseo y ármate de claro de luna antes de allegarte al silencio.

Por Cinthia Canto C.