
¿Vale la pena estar con alguien y ser coqueto si no le quieres? A menudo nos cuestionamos esto entre amigos, pero que tal si tras este juego hay sentimientos involucrados que no quieren revelarse. ¿Cuál sería la magnitud de este preludio lúdico?
Cada persona buscando “algo” en cualquier parte, suponiendo amar se deja llevar, pero ¿es esto real? En qué o en quién piensa mientras se engaña a sí mismo, a quién recuerda durante la falta de nitidez de un atardecer.
Esto es una carta abierta antes tus ojos, imaginando que el temor y tu inseguridad te permitirán entender el susurro de mi corazón…
Es una parodia de tu respiración junto a la mía, convertido en un sigiloso pasatiempo del recuerdo entre dos amigos.
Que el papel imagine el tacto y el deleite momentáneo de sentirse querido. Te has atrevido a jugar, entonces déjame creer que es real…
Tus manos con gracia confunden y engañan, pero el juego de dos niños adultos, no es más que el sustento de una simple desnaturalización a estas alturas.
La química y el nerviosismo ya desfilan entre nosotros, y el deseo se ha involucrado más que la notificación de límites corroídos.
Tiempo de decisión… ¿Debo aceptar que es real o retraerme y atemorizar mi sensación de enclaustramiento, por no beber junto a ti en este encuentro?
La verdad es que mi corazón se permite tal aventuranza, sin embargo mi mente divaga en todo sentido tratando de acaparar una explicación que me indique si estamos en lo correcto o no.
Si esto es normal. ¿Está dentro de los parámetros de estabilidad emocional? Como sea, quise es más quisiera atreverme, tal vez debería intentarlo una vez más…
Casi un acierto, entre un sí y una repentina negación como sentimientos entremezclados y un deseo de estar para no despertar. Casi un acierto…