
Desde el sin fin de tu voz hasta la mansedumbre de un clandestino porvenir, envuélveme en llanto entre melancolía y frialdad incontenida; sosiega el beso con tu aire de improvisto y sucumbe el deseo con la tenacidad respetada.
Quiero vivir, entre las entrañas latentes de tu ser y el olvido de la pasión de ser, debo sentir tu poder de cuando en cuando resbalando desde lo alto, morir en silencio mientras recojo mis anhelos mitigados.
Dulce elocuencia de paz marchita, besa la zozobra del imponente descuido de sentimientos enfrentados…
Enséñame ahora cómo detenerme, desvelarme y vivirte;
Enséñame entre claros de luna y destellos de día.
Busco aprender lo que sólo tu esencia puede despertar, requiero valerme antes de buscarte, deseo sentirme al dormitar impaciente por el suburbio taciturno del amanecer.
Enséñame a escapar hacia el encuentro esperado y reconstruye el instante como si fuese primero, deja el deseo y ármate de claro de luna antes de allegarte al silencio.
Por Cinthia Canto C.
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