
Nada asegura que no vuelva a ocurrir. Tanto tiempo pensando en la perfección de mis debilidades y he vuelto a caer. Como quisiera derramar mi sangre para suplicar perdón.
Por qué mi alma osa ser tan cruel y divertirse con el aislamiento... Una noche más en donde las ganas de romper mi cabeza contra la pared vuelve a surgir, donde la ansiedad de desaparecer están latentes... como suplicar por una muerte rápida y dolorosa... cómo encontrarme entre la dulzura de un jardín casi muerto y la nostalgia de un pasado que está ahí.
Me mata el hecho de querer escapar y tener que ser tan cruel para conseguir mi soledad, esa soledad que a la gente le extraña en mi, pero que soy yo y la desconocen en mi... requiero del sagrado sacramento para vivir una vez más, como engañarme cuando ya no me creo... quisiera estar lejos de aquí para no tener que dañar a la gente; inocentes almas que confían en mi, tibios cuerpos que buscan compañía en mi, tonadas infantiles que revuelan en mi cabeza... quiero correr gritar y no despertar... No obstante, aún estoy aquí... deseo ser una en el mundo real y borrar mi terca irrealidad, pero una vez logrado el equilibrio perfecto, tiendo a escapar... una vez más. Deseo desaparecer para no dar explicaciones que no muchos entienden, pues, ¿quién reconoce el dolor de un alma en oscuridad cuando se encuentra en la luz?... Cuesta ponerse del otro lado, y más aún propiciar lo que se requiere en tal situación...
Ayer quise llorar, quise herir mi mente enclaustrada... quise tomar una decisión, pero no hice nada, sólo arrepentirme de manera debastadora hasta alcanzar la paz suficiente que me premitiera ponerme de pie...
Hoy estoy volviendo en mi... hoy seré la extraña normal que todos conocen, ya no seguiré escapando fingiré que nada ha sucedido en mi como lo hago siempre. Porque a pesar de que no me cause tristeza ser cruel con la gente, mi piedad y mi conocimiento me causan remordimiento y eso duele... y debo trabajar por ti Padre... me requieres en tu obra y perfeccionándome estoy.
Bienvenidos al cinismo más puro de mi mermada melancolía por abandonarlo todo...
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